PÁGINA 4.
Sorprendido, te paras ante ella y me preguntas:
¿Quién se habrá dejado esa vasija artesana ahí, en mitad de nuestro paso?
Sin saber qué responderte me limito a acercarme a observarla, descubriendo en su interior un pergamino escrito, a modo de carta, enlazado a un precioso CANDADO compuesto por seis espejos de plata en sus laterales y una horquilla de cierre enganchada que parecía de oro color rosa.
Curiosamente no había cerradura para poder abrirlo o cerrarlo. Simplemente estaba sellado completamente, o al menos eso parecía.
![]() |
CONTRAPORTADA |
PÁGINA 5.
Tú tomas la carta con máxima delicadeza y me la lees en voz alta.
Quisiera serte de ayuda,
impulsarte por encima de tu YO y hacerte más Feliz, sin tener la certeza de saber por qué actuar así.
Tengo ganas de dártelo todo.
Te voy a descubrir horizontes que alimenten tus ganas de vivir para lanzarte a la superación, a través de todos los sentidos imaginables y más allá de lo que está permitido imaginar.
Ciertamente nada tengo… sin embargo, da igual, porque todo se vuelve etéreo cuando el bienestar nos colma con sus hazañas.
Con esto sé que haré algo bueno por ti, y que a su vez esa bondad vendrá a mi Ser, porque se hizo sin saber por qué, sin esperar nada a cambio.
Ahora, no pares de hacerme soñar porque yo vivo de tus sueños. Sin tus sueños me siento muerto, inútil, torpe, pétreo.
No temas, tú sueña y soñaremos juntos.
Jamás despertaremos de los sueños compartidos y todo será finalmente eso, un sueño, pero un sueño grato vivido.
La carta no tenía ni firma, ni destinatarios.
El mensaje nos dejó pensativos, haciéndonos sentir que somos como vampiros que surcamos las almas vagabundas de deseos, duermevela que acompaña la letanía de los lejanos días de ansias insaciables de Ser de bondad.
Mordisco a mordisco succionamos más allá de lo visible para volvernos invisibles a nuestras propias emociones.
Estas palabras de aliento, de apoyo, de ofrecimiento de ayuda lleno de intensidad nos rompió los esquemas.
CONTINUARÁ...